Obra fotográfica de: Sayaka Maruyama
Haiku nace y muere en el mismo instante en que toca la belleza. Por eso se eterniza. Cuando la piel del alma es la médula, los huesos y la sangre de la mística poética. Aquí se muestra el Haiku, Senryû y Tanka, aunque también desde un estilo personal, con una influencia poética desde los antiguos maestros hasta la tradicional contemporánea ubicada entre el s. XIX y la segunda mitad del s. XX. Ryû 龍.
viernes, 21 de noviembre de 2014
martes, 7 de octubre de 2014
martes, 16 de septiembre de 2014
Haikus, Senryûs y un Tanka
(Escritos durante retiro de silencio en alta montaña)
Caen con tristeza
las hojas
en la luz.
Crisálida
del tiempo: nace un reflejo
en el agua…
Amanece: niebla.
El tufo de estrellas
y olas en el árbol.
…tal vez la oruga en su
vergel tenga una vaga
nostalgia de morir.
Nana del viento:
mecidas en su flor de cuna
las avispas.
Dijo el cuervo al
espantapájaros: me alegro
por tu muerte.
Gritan las aves
el silencio compartido
de la nada y el todo.
Un alma gime
en la copa de un árbol
cualquier soledad.
Morir al viento es
como las horas muertas
de un vientre marchito.
Soledad sin tiempo:
hay una memoria en
el gemido del árbol.
De súbito
un halcón me mira
en la lejanía.
Caen desde lo alto
tintineando las hojas
bendiciones de muerte.
Amor. Flor extraña.
Crisálida del eco en
jardines floridos.
Algún vestigio
de este adiós fue un templo
donde entrar a orar.
Desierto: sólo
morir en el vacuo espejo
del amor.
Frutas en el suelo.
Sedas al viento. Aliso
mi cabello allá.
La lluvia cesa
cuando acaso no llora
al cielo herido.
Del silencio es
testigo milagroso
la hoja danzando.
TANKA:
Se acerca la abeja
y olisquea mi Otoño
podrido tal vez
el acento marchito
del tiempo: néctar de Dioses.
(Escritos durante retiro de silencio en alta montaña)
Caen con tristeza
las hojas
en la luz.
Crisálida
del tiempo: nace un reflejo
en el agua…
Amanece: niebla.
El tufo de estrellas
y olas en el árbol.
…tal vez la oruga en su
vergel tenga una vaga
nostalgia de morir.
Nana del viento:
mecidas en su flor de cuna
las avispas.
Dijo el cuervo al
espantapájaros: me alegro
por tu muerte.
Gritan las aves
el silencio compartido
de la nada y el todo.
Un alma gime
en la copa de un árbol
cualquier soledad.
Morir al viento es
como las horas muertas
de un vientre marchito.
Soledad sin tiempo:
hay una memoria en
el gemido del árbol.
De súbito
un halcón me mira
en la lejanía.
Caen desde lo alto
tintineando las hojas
bendiciones de muerte.
Amor. Flor extraña.
Crisálida del eco en
jardines floridos.
Algún vestigio
de este adiós fue un templo
donde entrar a orar.
Desierto: sólo
morir en el vacuo espejo
del amor.
Frutas en el suelo.
Sedas al viento. Aliso
mi cabello allá.
La lluvia cesa
cuando acaso no llora
al cielo herido.
Del silencio es
testigo milagroso
la hoja danzando.
TANKA:
Se acerca la abeja
y olisquea mi Otoño
podrido tal vez
el acento marchito
del tiempo: néctar de Dioses.
domingo, 14 de septiembre de 2014
lunes, 1 de septiembre de 2014
jueves, 28 de agosto de 2014
lunes, 25 de agosto de 2014
Tanka viento y lluvia
Tanka
Hay otra
voz
que la
tierra pronuncia
cuando
exhalando
el
viento al crepúsculo
no hace
frente a la lluvia.
jueves, 21 de agosto de 2014
miércoles, 20 de agosto de 2014
lunes, 18 de agosto de 2014
domingo, 17 de agosto de 2014
Haiku Edo
Sólo era mi alma
quien agitaba al viento.
Río de Edo.
Grabado de Hiroshige: "Hombres en botes pasando un bosquecillo de sauces", 1858.
viernes, 15 de agosto de 2014
miércoles, 13 de agosto de 2014
sábado, 9 de agosto de 2014
viernes, 8 de agosto de 2014
martes, 24 de junio de 2014
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