lunes, 3 de febrero de 2014

4 TANKAS


Tan leve el viento
ahuyentando el olvido
de un lirio a otro:
a penas el aroma es
un crepúsculo en la piel.

Sugiere la luz
el batir de los siglos
con la desnudez:
aunque sin más habite en
un reflejo de luna.

Si ansío otra vez
oler la tierra húmeda
de aquella niñez
acaso los sueños aún
despierten en la aurora.

Como la memoria
de la flor del cerezo
perdura al caer:
también la nostalgia da
su último abrazo a la tierra.





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